Sitios como «La Fe Music Hall»17 o los bailes de barrio se han tomado como un ring de pelea; son espacios para encontrarse a los rivales y «demostrarles» su fuerza para retarlos. 4. Los low riders son automóviles y bicicletas adaptados con accesorios chicanos y pintados con colores y figuras llamativas. Es notorio que los cuerpos son potencialmente molestos. Aquí se plantea que por intermedio de nuestros cuerpos y de una interacción crítica con las estructuras sociales manejamos y actuamos nuestras identidades. Esto da una idea más clara de cómo, por intermedio de múltiples formas de comunicación, se construyen las identidades. Establecen mundos de vida (que aglutinen a iguales y los diferencie de los otros) a partir de estos símbolos estéticos y de sus propios canales de comunicación, sus propios lenguajes. Palabras clave: identidades, cuerpo, comunicación, jóvenes, subalternos, colombias, Monterrey.
Las mujeres deben estar mucho más conscientes de su cuerpo, de «controlar su sexualidad» en determinados espacios públicos como las oficinas, las salas de juntas y el transporte público. Al bailar merengue y otros ritmos similares, en México no se tiene mayor intercambio físico, muy posiblemente por una cuestión moral, sino que se establecen dos líneas, frente a frente, de un lado hombres y del otro mujeres. Mujeres de mediana edad dedicadas a las ventas que «necesitaban» una cirugía para continuar ejerciendo su profesión varios años más; mujeres jóvenes dedicadas al mercado de servicios que se realizaban liposucciones, se aumentaban el busto o las nalgas, para incrementar su clientela. Los actores sociales participan en un sistema en el que todo comportamiento libera una información socialmente pertinente. Resulta bastante paradójico que la mejor manera de dar un mínimo de información sobre uno mismo consiste en adaptarse y actuar de acuerdo a las expectativas de su grupo social, así se disimulan las informaciones sobre la propia persona y es uno de los motivos más fuertes para mantener las convenciones4. Algunas de estas señales intentan comunicar; otras, sin embargo, sin la menor intención, nos informan acerca de la persona.
Goffman, en La presentación de la persona en la vida cotidiana, muestra cómo se entienden las relaciones interpersonales desde una perspectiva teatral por intermedio del estudio del cómo las personas se presentan a sí mismas ante sus semejantes dentro de sus grupos sociales. Como plantea Bryan Turner, la manera como representamos el cuerpo en la vida cotidiana es central en nuestra identidad, así se entendería la sociología de Erving Goffman, «no como el estudio de la representación del yo en los agrupamientos sociales, sino como la actuación del yo a través del instrumento del cuerpo socialmente interpretado» (1989: 68). Goffman toma del interaccionismo simbólico, en especial de George Herbert Mead, el «yo mismo» (self) como instancia en la que el individuo cobra conciencia, situándose en diversos puntos de vista de los miembros de su grupo. Ello permite ver cómo el cuerpo es «socialmente construido» (Mauss), pero también cómo se afecta en su desempeño por el tiempoespacio específico y cómo el cuerpo simultánea y paralelamente en su actuación ayuda a recrear este orden social. El objeto de este artículo es revisar algunas aproximaciones teóricas a la doxa sociológica que permiten entender de otra manera a sujetos sociales como los jóvenes y los grupos subalternos.
Con esta nueva estética disruptiva, envían un mensaje de alteridad, de manera asertiva y contestataria, en la lógica que desarrolla Goffman (2001). De su situación marginal y estereotipo, elaboran una resignificación, convirtiéndola en un elemento reivindicativo, camiseta psg jordan «hacen ostentación de su estigma». La ostentación de la carne o su exposición inadvertida en público es molesta, perturbadora y potencialmente subversiva,8 de igual manera con vestimentas que rompan con la reglamentación social y no cumplan con la estética deseada, esperada. Cuando, en realidad, el ejercicio de comunicación tiene otro sentido, a final de cuentas, los jóvenes y los subalternos buscan diferenciarse del mundo adultohegemónico y de los parámetros que los rigen; el ser interpretados de esta manera no es más que un triunfo.