Destacó la industria de la seda, con un importante centro de producción en Bursa, donde se confeccionaban brocados y terciopelos para la corte; más tarde destacaron los talleres de Constantinopla, situados en un patio del palacio de Topkapı. En el período Edo, la prosperidad económica propició el auge de la industria textil y la introducción de modas cada vez más fugaces. A finales de siglo se pusieron de moda los jerséis (o suéter, del inglés sweater), un género de punto originario de la isla de Jersey -de ahí su nombre-, usado inicialmente para atuendos deportivos.