Entre los años 1970 y 1980 la moda masculina denotó una fuerte influencia de la ropa deportiva, aunada a una amalgama de influjos que iba desde la ropa clásica hasta el estilo pop, todo lo cual devino en un estilo apodado «casualismo». Estuvo de moda entonces el escote con forma de V, en vez de los altos cuellos que se llevaban hasta entonces, así como el uso de una túnica hasta la rodilla superpuesta a la falda, que llegaba hasta el tobillo.