Consistía en una falda hasta la rodilla y unos pantalones holgados que se recogían en los tobillos con volantes de encaje, inspirados en los antiguos pantaloons o pantalones de estilo turco. También estuvieron de moda el tartán y el plaid, gracias al amor por Escocia que profesaba la reina Victoria. También se usaban botas, generalmente de caña ancha, que proporcionaba forma de cesta en su parte superior. También estuvieron de moda los sombreros altos con plumas de pavo real.