Los vestidos de día tenían las mangas largas, mientras que los de noche las tenían cortas y se complementaban con guantes largos, también blancos. En moda femenina se llevó el vestido camisa (o vestido Imperio), unos vestidos rectos de muselina o algodón blancos que ya habían sido popularizados por la reina María Antonieta en Versalles. El nuevo sombrero de moda entre los hombres era el de copa, sudadera de real madrid que estuvo de moda casi todo el siglo XIX.