Las mujeres no solían llevar sombrero, aunque en su lugar se colocaban velos o redecillas. En el período Heian, las mujeres llevaban vestidos de seda y brocado de varias capas (jūnihitoe), de múltiples colores. Como alternativa a las medias negras surgieron las de color piel, que daban la sensación de llevar las piernas desnudas. En el centro de Europa se pusieron de moda los trajes acuchillados, con aberturas en las articulaciones para permitir los movimientos, en un conjunto de pantalones abombados y jubón con faldones hasta las rodillas, generalmente abierto en su parte delantera para mostrar la camisa, que solía ser fruncida o bordada en oro.