En Hispanoamérica, en la segunda mitad de siglo comenzó a llegar con mayor facilidad la moda europea. En el siglo XX se elaboraban ya estas prendas con lana, algodón, nailon, rayón y fibras sintéticas. Los elementos más valorados de la moda española a nivel internacional son el calzado y la piel, así como la moda nupcial. Varios artistas constructivistas diseñaron indumentaria, como Vladímir Tatlin, Liubov Popova y Varvara Stepánova. En esa época, surgieron en Estados Unidos las prendas de moda de confección, unas prendas estandarizadas que, frente a las hechas a medida, permitían abaratar los costes, un concepto lanzado en 1928 por Hattie Carnegie.