En esta época tuvieron gran importancia los sombreros y tocados: hasta 1380 estuvo de moda una capucha con un largo liripipe, que en ocasiones se enrollaba en la cabeza en forma de turbante; más tarde se llevó el chaperón, un rollo de tela circular unido a una gorguera sobre los hombros. En 1891 abrió El Palacio de Hierro en Ciudad de México, un establecimiento que ofrecía las principales novedades en moda.