En México, surgieron ilustradores como Miguel Covarrubias, que trabajó para Vanity Fair, o Ernesto García Cabral, que ilustró magistralmente la moda de su tiempo. Es una moda democrática, sin jerarquías, que busca su inspiración tanto en la calle como en los talleres de los modistas, tanto en la cultura occidental como en las de otros continentes, aceptando de buen grado la era de la globalización. En la época victoriana era frecuente entre las mujeres cambiarse de vestido varias veces al día: por la mañana llevaban un vestido informal llamado peignoir, mientras que en el ámbito doméstico otro apodado pelisse robe; por la tarde, un redingote para salir a pasear o un vestido acampanado para recepciones; por la noche, vestidos más vistosos y escotados.