El primero desarrolló un estilo depurado y de ricos materiales, que gozó de gran éxito en Estados Unidos, Japón y Filipinas. En los años 1940, Claire McCardell creó el sello del american look, con un estilo natural y autóctono de tono deportivo que dio origen al concepto de lo «casual». En estos años empezó a despuntar la moda inglesa, con un tono más vanguardista que la francesa, como los estampados geométricos inspirados en el op art o las prendas que imitaban los trajes de los astronautas.