De igual forma, el tiempo de las top-models pasó y, en el nuevo milenio, la tendencia en las pasarelas fue la utilización de modelos anónimos, de aspecto aniñado y cada vez más estilizado, así como el auge de las llamadas it girls, figuras individuales que buscan su propio look y que pueden influir en la moda gracias especialmente a las redes sociales, como Olivia Palermo y Lou Doillon. Entre los aztecas, el vestido denotaba la clase social: en las clases bajas, los hombres llevaban una braga (maxtlatl), un manto para el frío y unas sandalias de cuero o agave, mientras que las mujeres llevaban una falda y una camisa hasta las rodillas y sin mangas (huipilli), de algodón o fibra de agave; las clases altas llevaban vestidos de formas semejantes pero de telas más finas o con bordados, entre las que destacaban unos mantos (tilmatli) decorados con los tributos del clan, así como túnicas de mosaicos de plumas y tocados igualmente de plumas.